sábado, 30 de enero de 2016

Sin miedo



Desde que era muy pequeña siempre he tenido miedo. Miedo a los perros, que podían morderme y perseguirme. Miedo al ridículo en un grupo, por si se reían de mi. Miedo a salir de noche por si me atacaban. Miedo en el colegio porque no tenía amigos. Miedo al ruido. Miedo en el trabajo por si me hacían la vida imposible. Sobre este último aspecto es que quiero expresarme.

El miedo ante algo que “hagan los demás” no es sino el hecho de tener una baja autoestima. No sentía que yo era como los demás sino que me veía inferior. A raíz de este hecho es que yo relacionaba como me veían los demás, o, mejor dicho, como creía yo que me veían los demás con lo que yo tenía que hacer para "gustarles" o "no tener problemas con ellos". 

Pero la gente tiene sus propias preocupaciones, otras cosas, como para estar pendiente de mi o lo que yo haga. Al darme cuenta de eso, cambió mi manera de ver la realidad.

Alguien me dijo no hace mucho que yo podía crear mi propio espacio en el trabajo. Que no tenía que depender de lo que esa persona que tenía al lado hiciera (alguien muy borde y muy negativo, con ganas siempre de discutir, de imponerse por sobre todos, de mandar).

Cuando dejas de pensar en que lo que tu haces lo van a juzgar los de tu alrededor, entonces empiezas realmente a vivir de verdad, a ser libre de esa tremenda carga que llevabas sobre tus hombros. Tu autoestima sube (en mi caso fue de un día para otro) y te sientes más persona, de igual a igual con el resto de la humanidad, y no inferior. Así, ya no dependes de lo que otro sienta, te diga, haga, para tú poder ser, sino de lo que tú haces para estar mejor o sentirte bien. 

Ahora voy al trabajo sin miedo, y eso que mis “jefes” (que son políticos, además) me intentaban asustar para hacer que yo me fuera de mi trabajo. Ahora tengo un mejor horario y tengo las tardes libres, aunque acabe muy cansada. Los sábados también son para dedicarlos a la familia, no como antes que tenía que trabajar también. El trabajo es más rutinario y no es lo que me gusta, pero me deja mucho tiempo libre para hacer realmente lo que me hace feliz, como es leer y hablaros de esas lecturas; escribir, pensar, escuchar música relajante, pasear, hablar con alguien tomando un café. 

Y es que cuando le ves el lado positivo a todo lo que haces, estés donde estés, empiezas a vivir la vida de verdad. 

Sin miedo. Con fuerza y valentía. Siendo tú.

6 comentarios:

  1. Tienes mucha razón y me siento identificada con lo que dices.
    Por si a alguien le sirve, os cuento mi experiencia:
    Yo soy demasiado tímida y me relaciono muy mal con la gente; lo cual hace que tenga pocos amigos, que además pasan bastante de mí porque no soy muy fiestas (por vergüenza más que nada) como ellos.

    Hace un año terminé la carrera y pasé de ir diariamente a clase a estar en casa sin más obligación que pasear a mi perra y poco más.
    Para no medio deprimirme empecé a ir al cine, a leer alguna tarde en una cafetería, y a andar por las mañanas; pero sola porque no tengo a nadie que me acompañe.
    En cuanto al cine, siempre había dicho que era muy triste ir solo, pero era eso o nada; y poco a poco te das cuenta de que nadie te mira mal ni se ríe de ti por hacerlo.
    Ahora voy casi todas las semanas y me parece una auténtica tontería.
    Pues no sabéis la de películas que me he perdido por no tomar esta decisión antes.

    Viviendo así, con el paso del tiempo te das cuenta de que vives oculta entre la gente, que por una parte es tu zona de confort, pero por otra te faltan cosas como tener más amigos o pareja.

    Yo aun estoy en proceso de vencer la timidez y decidirme a hacer otras muchas cosas nuevas; pero creo que poco a poco lo voy consiguiendo.

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    1. Edelweiss2 me he sentido muy identificada con lo que cuentas. Yo creo que también estoy en proceso de intentar cambiar ciertas cosas, y a veces se me hace muy duro, pero intento no venirme abajo, ni tirar la toalla.

      Noemí me ha gustado mucho la frase de "Cuando dejas de pensar en que lo que tu haces lo van a juzgar los de tu alrededor, entonces empiezas realmente a vivir de verdad, a ser libre de esa tremenda carga que llevabas sobre tus hombros".

      A veces es muy duro cambiar de mentalidad. Llevo un tiempo regulera, siempre he sido muy tímida, y a veces me siento como un perro verde en la sociedad en general, y se que no seré la única, pero hay momentos en los que te sientes tan sola que no puedes hacer nada. Creo que tienes razón cuando dices que tendríamos que dejar de pensar tanto en la imagen que proyectamos a los demás, y tener más autoestima, porque además creo que es un bucle. Si haces algo mal, sientes que decepcionas a los demás, y el decepcionarles, hace que te vuelvas más insegura y por lo tanto, no lo vuelvas a intentar por miedo a volver a decepcionar. Yo también a veces noto claramente, que me siento inferior al resto, y no lo puedo evitar, pero espero que algún día cambie, y no solo puntualmente, sino que espero poder levantarme todas las mañanas y estar feliz y contenta con quien soy.

      Me alegro de que tú consiguieras cambiar de mentalidad ;). Gracias por la entrada, que no se exactamente porque o si me servirá de algo, pero me hizo pensar ^^.

      Besitos

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    2. Hola edelweiss2, me identifico contigo en lo de estar en "nuestra zona de confort". A mí se me ha reducido a mi marido, mis gatas, mis padres y hermanas y mi cuñada con la que hablo muy a gusto cuando quedamos a comer. Pero aún así, teniendo poca vida social, es de calidad, que creo que es lo importante. ¿Para qué quedar con 20 personas en una fiesta si no vas a disfrutar tu tiempo con ninguna en concreto...? Lo veo perder el tiempo...a no ser que alguna de ese grupo te caiga bien y puedas tener cierta amistad...aunque no sea de las más profundas. A mi una buena conversación con alguien me parece mucho más valioso que mil fiestas que pueda perderme, a parte de que no me gustan, y odio el ruido al ser hipersensible. Al perder el miedo, no obstante, la sensibilidad se "esfuma" bastante, por lo que ves las cosas de manera más objetiva...lo ves todo como desde fuera, no se sufre tanto porque la ansiedad tampoco está (ese miedo a casi todo). Es una maravilla ser uno mismo por fin...en cualquier sitio donde esté, hacer lo que uno quiera hacer sin mirar a los lados, delante o detrás...que eso es lo que cansa y agota la vida de una persona...

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    3. Hola Bianca Grenouille, es curioso que con todos los libros sobre ansiedad y autoestima que he leído en mi vida, que fueron muchos, ninguno me ayudara tanto como una sola frase que me dijo mi cuñada, la de cambiar el escenario tu, como si fuera tu sueño. Lo ves todo desde otra perspectiva tan, pero tannnnnn diferente...

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  2. Primeramente darte las gracias por tu correo, como te dije me dasaparecieron varios seguidores como a ti y a otras blogeras y te doy las gracias por tu generosidad y explicármelo.Te sigo desde hoy y seguiremos estando en contacto. Por otro lado escribes muy bonito y yo tengo mucho miedo al agua y a los coches y es tremendo pero con el me muero jijiji ya que tengo muchos años ya y ya sin remedio a cambiar claro.Bssss guapi.

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    1. Anda, pues justamente yo también tengo otro miedo, que es el de conducir pero no por los coches sino por miedo a atropellar a alguien. Es increíble las cosas que dejamos de hacer por nuestros miedos, y la vida es corta para desperdiciarla en tonterías, te das cuenta cuando estás a punto de perder lo que más amas en la vida...las cosas se ven como si cada día fuera el último y no pierdes el tiempo en el qué dirán los demás. Si hay algo que no haces por el qué dirán luego te arrepientes siempre...

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