Reseña: Cazadores de Sombras 3. Ciudad de Cristal, Cassandra Clare

Título: Cazadores de Sombras 3. Ciudad de Cristal
Autor: Cassandra Clare
Lugar de publicación: Barcelona
Editorial: Destino
Año: 2010
Páginas: 534


Saboreando el comienzo:

"La ola de frío de la semana anterior había finalizado; el sol brillaba con fuerza mientras Clary cruzaba apresuradamente el polvoriento patio delantero de Luke, con la capucha de la chaqueta subida para impedir que los cabellos se le arremolinaran sobre el rostro." (p. 15)

En la contraportada:

"Arriesgando su vida, Clary no duda en entrar en la Ciudad de Cristal sin permiso. Además, ha conocido a un misterioso y encantador cazador de sombras llamado Sebastian y está decidida a descubrir los secretos de su pasado familiar. Pero otras urgencias la apremian: lidiar con la insolencia de Jace; reencontrarse con Simon; y, sobre todo, conseguir que licántropos, vampiros y cazadores de sombras dejen a un lado sus diferencias y aúnen fuerzas para vences a Valentine. ¿Lo conseguirá? Los secretos del pasado y el amor pueden llegar a ser mortales en esta trepidante tercera entrega de Cazadores de sombras."

Mi opinión:

La magia nos adentra en este tercer libro de una manera sobrecogedora e inesperada:

"Allí, sobre la pared de la catedral, estaban las marcas inconfundibles de la magia de runas, resplandeciendo con un ardiente azul que se desvanecía en la piedra gris. Formaban un contorno de aspecto cuadrado, como el de la luz alrededor de una puerta medio abierta...El Portal." (p. 41)

Si en el segundo libro lo predominante era la acción y aventura, en este predomina más el romance y la mirada al pasado, tanto en Clary como en Jace. Sin duda, ella ya no es la chica ingenua que pudiera ser al principio de la saga, ha vivido las peripecias al lado de los cazadores de sombras, las aventuras y la acción trepidante en el barco con Valentine. Ha visto lo que sus poderes son capaces de hacer, y le cuesta no pensar en todo ello:

"Ponía todo su empeño en no pensar en Jace, ni en Simon, en no pensar en su madre ni en Luke ni en Alec..y el único modo de no pensar, había descubierto, era permanecer inmóvil y clavar la vista en un único recuadro de mármol del suelo..." (p. 457)

No obstante, será ella la que tenga que tomar ahora las riendas de la última misión de los cazadores, acabar con el terror causado por Valentine. Ahora de ella depende que los subterráneos se decidan a respaldar a los nefilim, aún en contra de estos, que no ven con buenos ojos que ambas razas, antes enemigas, ahora se unan en la batalla.

Por otra parte, los vampiros tampoco están nada de acuerdo con participar al lado de los hombres lobos y menos aún con los nefilim. Pero los demonios no se detienen ante ninguno de ellos. No sienten respeto por nada, ya que son dirigidos por un hombre sin escrúpulos que sólo busca causar el caos y la destrucción total, para, según él, crear una raza única de cazadores de sombras "mejorados".

En este libro vamos a encontrar el desenlace de la historia del origen de Jace, su pasado, que tan interesante está siendo. Su misterio y las dudas que este tiene, su soledad y desprecio por sí mismo, hacen que el libro tome un nuevo cariz. Creo que en esta tercera entrega están en juego mucho más los sentimientos tanto en lo que respecta a lo que siente por Clary como en su propia manera de juzgarse a sí mismo.

Simón, por su parte, tendrá que luchar ante sus cada vez más creciente hambre de sangre, manteniendo la moral humana que hasta ahora quiere tener. No quiere aceptar que "esté muerto", aún sabiéndolo, sino que se aferra a la vida con energía. No quiere unirse a Raphael y sus seguidores, que sólo buscan hacerle la vida imposible por los celos que estos tienen respecto a su "don", el hecho de poder estar a la luz del sol sin quemarse. Sólo Simon es un vampiro diurno, como ellos lo llaman, y eso no puede ser, tienen que averiguar el porqué es diferente a los demás Hijos de la Noche.

Alec sigue con su autominio en lo referente a su relación con Magnus. No acaba de aceptar que él sienta lo mismo, por lo que no se atreve a ir hacia adelante. En cambio, Magnus Bane, el brujo de 300 años que tanto nos atrae, no está dispuesto a permitir que eso pase. Ya es hora de que ambos acepten de una vez por todas sus sentimientos entre ellos, que ya quedaron palpables en el segundo libro.

"Quizá deberías llamarle -sugirió Simon, intentando no pensar demasiado en lo extraño que resultaba aconsejar a un cazador de demonios sobre la posibilidad de salir con un brujo." (p. 87)

Isabelle, por su parte, parece empeñada en ser la "perrita faldera" de Simon, aunque eso no vaya con su estilo de chica dura y luchadora. Aunque le gusta manejar el látigo, a la hora de pensar en los hombres, en especial en el que la tiene fascinada, deja las armas y parece ser más la chica sumisa y perseguidora, celosa, que va detrás del chico para que este se fije en ella. Pero no lo tendrá fácil, porque la chica loba Maia también sabe luchar por su chico. La pelea de gatas está asegurada...

En lo que respecta a los cazadores de sombras adultos, estos tienen ya bastante de qué preocuparse como para andar pensando en romances. La clave tiene sus reuniones del consejo para decidir quién ocupará los escaños vacíos...¿quizá Luke, el hombre lobo?¿Raphael, el Hijo de la Noche? Su nuevo inquisidor no va a dejar las cosas fáciles para el resto de miembros, más bien al contrario...faltaría más, La Clave sigue con su corrupción y sus líos políticos, y no acepta la incursión de los subterraneos en su mundo. Jocelyn y Luke van a tener un papel importante en todo este tema.

"Inquisidor Aldertree es mi nombre." (p. 89)

Pero Idris, la ciudad de cristal, con su torres de los demonios brillantes, es un mundo que parece haber abierto sus puertas, sin saberlo, a toda clase de razas "inferiores" como ellos lo ven.

"No has visto nunca una ciudad hasta que has visto Alacante, la de las torres de cristal." (p. 74)

"Los edificios mismos parecían un cruce entre el paisaje de un sueño gótico y un cuento infantil. Los revestimientos de las fachadas estaban esculpidos con toda clase de criaturas sacadas de mitos y leyendas; destacaban las cabezas de monstruos, intercaladas con caballos alados, algo que parecía una casa sobre patas de gallina, sirenas, y, por supuesto, ángeles. De cada esquina sobresalían gárgolas, con sus gruñonoes rostros contraídos. Y en todas partes había runas: bien visibles sobre puertas, ocultas en el dibujo de un grabado abstracto, oscilando de finas cadenas de metal igual que campanillas de viento que se agitaban en la brisa. Runas de protección, de buena suerte, incluso para la prosperidad en los negocios; contemplándolas fijamente todas ellas, Clary empezó a sentirse un poco mareada." (p. 76)

También conoceremos a Amatis, un nuevo personaje que tendrá que "tratar" de proteger a Clary y digo tratar porque ya sabéis que a Clary no le gusta quedarse al margen de nada; así como a Sebastian, ese chico misterioso que encierra más de lo que a simple vista se ve. Parece que Jace lo va a tener difícil ante este nuevo competidor. Antes era Simon y ahora este nuevo conquistador...su hermana está demasiado solicitada, parece ser...

Y por último, pero no por ello menos importante, Valentine sigue con sus líos de invocación de demonios y sus rituales, basados en antiguas leyendas sobre los ángeles. ¿Conseguirá el instrumento mortal que le falta para completar su ritual? Ya lo veréis...

"Era el caos, un tumulto de gritos y movimiento, y el paisaje no era llano sino una masa de barro y sangre revuelta hasta quedar convertida en una pasta inestable. "(p. 468)

El tono humorístico de la saga también surge en este tercer libro, haciendo la parte de la acción oscura algo más llevadera en algunos momentos:

"¿Aguardando una ocasión especial para matarme? Se acerca la Navidad." (p. 449)

"Debo de ser el único vampiro del mundo al que le enferma la visión de la sangre." (p. 469)

Y como no podía faltar tampoco, las frases románticas también son parte importante, os dejo con la que más me ha gustado:

"Te amo, y te amaré hasta que muera, y si hay una vida después de ésta, te amaré también entonces." (Jace)(p. 335)