Microrrelato: La flor negra, por Mandarina

Esta noche el viento se mece suavemente y lo noto en mi pelo, acariciándome. Los árboles del solitario parque se asemejan a monstruos que estiran sus brazos para cogerme. Tengo que huir de aquí. Me persiguen, y no sé si podré escapar a tiempo. Las gabardinas negras se reflejan en el espejo que llevo para ocasiones especiales. Es la peor noche de mi vida.

El olor a rancio que desprenden esos seres se puede notar desde casi un kilómetro de distancia. Mi olfato no me engaña. No en vano he sido entrenada por la sociedad secreta de La flor negra. Pero esta vez es más complicado. Ellos pueden ver en la oscuridad y ningún humano ha podido esquivarles y salir con vida. Bueno, hasta ahora. Porque pienso intentarlo con todas mis fuerzas.

Un recorte de prensa se posa sobre el banco que hay en la salida del parque. Lo cojo por pura curiosidad y al leer la noticia me doy de lleno con la realidad: “Tres jóvenes de 16 años, han sido asesinados en el parque de Hinston Place. No se sabe quién lo ha hecho. Hay una nota con un aviso: Tus hijos serán los próximos.”

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