Reseña: Hija de humo y hueso, Laini Taylor

"Ser amigo de Karou implicaba cierta resignación a no saber realmente quién era ella."

Título: Hija de humo y hueso

Autor: Laini Taylor

Lugar de publicación: Madrid

Editorial: Alfaguara

Año: 2012

Páginas: 467

Personajes: Karou, Akiva, Zuzanna, Brimstone, Chiro

Temática: fantasía, quimeras, serafines

Localización espacio-temporal: Praga, siglo XXI

Resumen oficial:

Karou es una estudiante de arte de 17 años que vive en Praga. Pero ese no es su único mundo. A veces, Karou desaparece en misteriosos viajes para realizar los encargos de Brimstone, el monstruo quimera que la adoptó al nacer.

Tan misteriosa resulta Karou para sus amigos, como lo es para ella su propia vida: ¿cómo es que ha acabado formando parte de una familia de monstruos quimera? ¿Para qué necesita su padre adoptivo tantos dientes, especialmente de humanos? Y, ¿por qué tiene esa recurrente sensación de vacío, de haber olvidado algo? De pronto, empiezan a aparecen marcas de manos en las puertas, señal de que la familia de Karou corre grave peligro. Karou tratará de cruzar al mundo quimérico para ayudarles, pero es perseguida por los serafines. Entre ellos se encuentra Akiva, un ángel arrebatadoramente hermoso al que Karou está unida de forma que ni ella misma puede imaginar.

Mi opinión:

"Dientes de víbora, colmillos, molares de elefante mellados, enormes incisivos anaranjados de roedores exóticos de la selva, todos aquellos guardados en tarros y arcones de boticario, enfilados en hileras colgadas de ganchos, y precintados en cientos de botes que sonaban como maracas."

Al principio cogí este libro con algo de miedo porque pensé que no me iba a gustar. La razón es la portada: una máscara. Sí, puede parecer una tontería pero los libros en los que aparece una máscara me dan como repelús, no me gusta verlos. Y las historias que suelen traer los bailes de máscaras tampoco es que me atraigan demasiado.

Aún así, y visto el éxito que estaba teniendo, decidí que debía obviar la portada e intentar empezar a leer sin más. Si hubiera habido una chica con el pelo azul el libro me habría atraído como un imán, como ya hiciera en su momento Laila Winter con su pelo verde, a pesar de que esa portada no me resulte demasiado conseguida. Soy así de influenciable con las portadas, si no me entra por los ojos, ni me acerco.

Pero bien, me atreví con este y estoy contenta de haberlo hecho. La historia es sin duda tan extravagante que ya solo por eso merece la pena leerlo. Con una imaginación  tremendamente desbordante, la autora nos acerca a un mundo de criaturas mágicas de las que solo había oído de lejos: las quimeras.

Y aparecerá la misteriosa chica del pelo azul, que es lo que de verdad me ha llamado la atención, Karou:

"En el portal apareció una muchacha con el pelo de un inverosímil color lapislázuli."

El mundo desarrollado por la escritora tiene una fantasía que cambia y se mezcla totalmente con la realidad, de manera que aceptamos los dos mundos desde el principio y sin reservas como algo natural. Karou vive entre ambos y se comunica con su otra vida mediante un portal, si bien ese hecho es bastante conocido en las novelas de ciencia-ficción. Ella nació y fue recogida por un grupo de monstruos bastante difíciles de imaginar mentalmente, a mí se me hace casi imposible hacer eso.

"Su vida se componía de magia, vergüenza, secretos y un vacío profundo y persistente en el centro de su ser, donde sin duda faltaba algo."

La aventura se sucede desde las primeros capítulos que casi no nos deja un momento de respiro. La protagonista vive muchos instantes de incertidumbre hacia su pasado y se pregunta constantemente quién es ella o qué es en realidad, pues no lo tiene claro.

Un mundo en que vemos a los ángeles como malos y a los demonios como buenos, por el hecho de estar en el bando de Karou, cosa inédita en el mundo de ángeles y demonios en el que siempre hemos tenido claro quién es el bueno y el malo.

"Atractivos hombres y mujeres con sombras distorsionadas aparecían y grababan las huellas de sus manos en las puertas, para desvanecerse a continuación en el cielo, dejando tras de sí ráfagas de calor producidas por el movimiento de unas alas invisibles. Aquí y allá caían algunas plumas como penachos de fuego blanco, que se convertían en ceniza tan pronto como tocaban el suelo."

"Y una vez que todas las puertas estuvieran marcadas, sería el principio del fin. 

 Y comenzaría con fuego."

También tiene su punto de magia, aquí reflejado por la posesión de una especie de monedas que conceden deseos, con distintos valores y niveles, claro está, igual que sucede con el dinero.

Interesante Razgut, el ángel caído, mutilado, que debe subirse encima de alguien para desplazarse aunque también es un secundario algo "asqueroso", por su aspecto físico. 

Hay pocos diálogos, casi siempre entre Zuzana y Karou, su amiga, así como entre Akiva y Karou. y debo decir que leer el nombre de su amiga con la "Z" me hizo reír... que queréis que os diga XDD

Pero la narrativa es clara, condensada, llena de acción y que engancha por lo que no se hace pesada, eso sí, es algo lento de leer, con referencia a lo que sería el típico libro de instituto, pero también buena literatura fantástica, de calidad, y eso hoy en día es de agradecer. Increible las descripciones de la ciudad de Praga:

"Aquel engañoso laberinto de callejones parecía un plano que variaba a su antojo: gárgolas que de puntillas cambiaban de ubicación; piedras que adquirían una nueva configuración cuando nadie estaba mirando, como si fueran piezas de un rompecabezas. Praga extasiaba, atrapaba, igual que un hada de cuento que engaña a los viajeros para que se internen en las profundidades de un bosque hasta quedar irremediablemente perdidos. Sin embargo, extraviarse en Praga resultaba una agradable aventura repleta de tiendas de marionetas y absenta, y las únicas criaturas que acechaban tras las esquinas eran Kaz y su cohorte de vampiros, dispuestos a provocar un susto tonto."

Cuando empezaba con el libro, inmediatamente me vino la imagen del libro "El ladrón del rayo", cuando el chico entra en esa tienda de antiguedades y se introduce así en el otro mundo. Karou tiene esa tienda como portal entre un mundo y otro, allí ella puede ser ella misma sin problemas y sin tener que esconder su vida.

Hay romance en el libro pero no momentos demasiado intensos eróticamente hablando, por lo que no esperéis tampoco una novela rosa ni nada parecido, de hecho esta historia tampoco es que ofrezca esa imagen. El misterio se mantiene constante en toda la novela, eso sí, y desde el principio nos intriga para qué utiliza Brimstone esos dientes que le trae Karou en sus misiones o recados a la Otra Parte.

Ella estudia arte, que es lo que le gusta realmente, en su vida normal, lejos de esos monstruos que separa de su vida real, y hace dibujo de cada uno de ellos aunque sin especificar que éstos existen de verdad.

Considero que Karou es una chica fuerte, para haber crecido entre monstruos y no con su verdadera familia, que serían sus padres y hermanos/as, pero que también posee una carencia afectiva importante, y quizá por eso la lleva a confiar en Kaz, el narcisista, en su momento, el ex-novio. Ella se niega a sí misma el amor y la esperanza, a pesar de lo que su propio nombre significa:

"Mejor no preocuparse de ello, pensó. No lo necesitaba, bueno, no quería necesitarlo. Anhelar el amor la hacía sentir como un gato que siempre se enrosca en los tobillos maullando acaríciame, acaríciame, mírame, quiéreme."

Puntuación:

¡Genial!