Reseña: La selección, Kiera Cass

Título: La selección

Autora: Kiera Cass

Lugar de publicación: Barcelona

Editorial: Roca Editorial

Año: 2012

Páginas: 236

Personajes: América, Maxon, Aspen, May, Marlee, Celeste

Temática: distopía juvenil, romántica

Localización espacio-temporal: futuro, Illéa

Resumen oficial:

Para treinta y cinco chicas, La Selección es una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida. La oportunidad de escapar de la vida que les ha tocado por nacer en una determinada familia. La oportunidad de que las trasladen a un mundo de trajes preciosos y joyas que no tienen precio. La oportunidad de vivir en un palacio y de competir por el corazón del guapísimo príncipe Maxon.

Sin embargo, para America Singer, ser seleccionada es una pesadilla porque significa alejarse de su amor secreto, Aspen, quien pertenece a una casta inferior a la de ella; y también abandonar su hogar para pelear por una corona que no desea y vivir en un palacio que está bajo la constante amenaza de ataques violentos por parte de los rebeldes.

Mi opinión:

Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!! Este libro me ha dejado patidifusa, de verdad que no esperaba tanto de él, quizá por leer alguna crítica negativa diciendo que era superficial. Nada más lejos, precisamente se describe muy bien la situación por la que el país de Illéa está pasando, con la división de castas que iguala a la división de clases sociales y económicas que hoy día hay en todo el mundo.

Quiero aclarar que no es una distopía propiamente dicha, sino que es una historia de amor ambientada en un ambiente distópico, solo anunciado brevemente por la presencia de los continuos ataques de los rebeldes y las referencias a las castas en Illéa, pero poco más con respecto a la distopía. Las que adoráis la novela romántica la váis a disfrutar, pues no es un flechazo el que vemos aquí sino un amor que se va gestando desde la amistad hasta que va surgiendo algo más. 

Pero el príncipe Maxon no es el único que va a disfrutar del amor de América, y aquí es donde aparece de nuevo el triángulo amoroso tan temido por algunas y tan amado por otras. En mi caso me encantan estos juegos a dos bandas pero que luego se resuelvan en la decisión de uno de los candidatos, ya que eso es lo que le da juego a la historia, la chispa necesaria para que no se haga aburrido. 

Así que Aspen y América es una pareja que lleva dos años viéndose en secreto, pues él pertenece a la casa Seis y ella a la Cinco, y no suelen mezclarse entre castas en ese lugar. A pesar de todo se quieren y América parece tenerlo claro:

"Me quedé despierta  un rato más, pensando en él y en lo mucho que le quería, y en la sensación que me producía su amor. Me sentía especial, incomparable, única. Ninguna reina, en ningún trono, podía sentirse más importante que yo."

"Aquellos momentos furtivos me bastarían para soportar todo lo que se avecinaba: la decepción de mamá cuando me comunicaran que  no había sido elegida, todo el trabajo que tendría que hacer para ayudar a Aspen a ahorrar, el cataclismo que me esperaba cuando le pidiera a  papá mi mano, y todos los esfuerzos que deberíamos hacer cuando nos casáramos. Nada de aquello importaba. No importaba nada, si tenía a Aspen."

Pero América no quiere ser seleccionada con las otras 34 chicas para ir a Palacio a conocer al príncipe,  ya que ella ama a Aspen. Aún así, presionada por él mismo y por su madre, se apunta y le llaman a ir. Aspen cambiará en ese momento su actitud hacia ella, y es ahí donde ese personaje me ha decepcionado terriblemente, pues no esperaba su reacción, tanto que a ella la deja destrozada, y se va al Palacio más por despecho hacia él y por no verle que por las ganas que tuviera de ir allí.

Una vez en Palacio conocerá al príncipe en un encuentro nocturno fortuito, cuando ella sale al jardín contra la ley que dice que no pueden salir de sus habitaciones por seguridad. Se encuentran y surgen unos diálogos geniales, a mi parecer, uno de ellos es este:

"-¿Y tú por qué luchas?
 - En realidad, yo estoy aquí por error.
 -¿Por error?
 - Sí. Algo así. Bueno, es una larga historia. Y ahora...estoy aquí. Y no voy a luchar. Mi plan es  disfrutar de la comida hasta que me des la patada."

Las conversaciones que a partir de ahí van teniendo va forjando su amistad, y es la parte que más me ha gustado. Al principio ella no siente nada por el príncipe, pero poco a poco cambiarán sus sentimientos, aunque sigue estando insegura en su interior sobre lo que siente, ya que sigue queriendo a Aspen. 

Vemos a un príncipe Maxon inseguro con las chicas, aunque sí muy firme en otras decisiones, que no comparte su padre el rey, aunque no por ello se llevan mal ni mucho menos. Son una familia real muy feliz (cosa rara en el pasado y aún hoy día), pues sus padres, el rey y la reina se quieren de verdad y quieren a su hijo. Es hijo único, y como tal  no ha tenido mucho contacto con otras personas, se le ve perdido en sus relaciones sociales, como cuando no sabe cómo tratar a una chica cuando ésta llora, y cosas así, y le pide consejo a América.

Ella en cambio, es un personaje seguro y fuerte, aunque no en lo concerniente a sentimientos, sí que sabe lo que necesita su pueblo y el hambre que pasan algunas famílias en Illéa, y de ello hablará al príncipe Maxon en su momento. 

El libro me ha gustado mucho, y refleja muy bien las envidias que surgen entre las chicas seleccionada, contrincantes en el concurso televisivo Illéa Capital Report. El libro me recuerda totalmente a Los juegos del hambre, ya que también ellos son seleccionados como tributos para ir a un lugar que no quieren, aunque ellos van a morir, y aquí en este libro simplemente van a intentar gustar al príncipe para que se fije en ellas, pero la lucha entre ellas, aunque no física, sí que la notamos psicológica y emocionalmente hablando, como solo las mujeres sabemos hacerlo xddd

Pero América también tiene una amiga allí en Palacio, Marlee Tames, de Kent, así como una enemiga hacérrima, Celeste, que le hace la vida imposible continuamente para que sea descalificada, cual programa típico donde buscan a Miss Universo por ejemplo, o en un pase de modelos. Pero América no es así, ella no quiere destacar, quiere ser ella misma, tanto en su forma de comportarse como en su forma de vestir:

"Cuando estuvimos todas, nos dirigimos hacia las escaleras. Había un espejo dorado en la pared, y todas nos giramos  para hechar un último vistazo mientras bajábamos. En una imagen fugaz, me vi junto a Marlee y Tiny. Desde luego se me veía sencilla."

"Seguía siendo yo. Era la versión más bonita de mí misma que había visto nunca, pero reconocía aquella cara. Desde que habían seleccionado mi nombre, mi gran temor era convertirme en una persona irreconocible -cubierta en capas de maquillaje y tan cargada de joyas que tuviera que escarbar durante semanas para encontrarme de nuevo-. Pero de momento seguía siendo América."

"Era difícil creer que tanta gente pensara que yo pudiera ser una buena princesa. ¿Acaso era la única que veía  mis defectos? No era una persona refinada. No sabía dar órdenes, ni era muy organizada. Era egoísta y tenía un carácter terrible, y no me gustaba aparecer en público. Y de eso se trataba. No de un matrimonio, sino de un cargo."

Pero veremos que esto no es un juego, que alguna de ellas tendrá que ser la princesa, la futura reina de Illéa, y así se lo recuerdan a todas allí:

"Sé que puede sonar duro, pero esto no es un juego que podáis tomaros a la ligera. Una de las presentes en esta sala será la próxima princesa de Illéa, lo cual no es poco. Debéis esmeraros en mejorar cualquiera que fuera vuestro origen. Os convertiréis en damas de la cabeza a los pies."

Como en otras distopías, hay gente que odia el sistema de gobierno, y aquí odian la Selección por todo lo que representa: los rebeldes invaden varias veces el Palacio provocando el caos. Pero aquí no los vemos de parte de los protagonistas, sino que en este caso, veremos a los rebeldes como enemigos, por lo tanto tenemos el punto de vista de Palacio, no el del pueblo, a diferencia de Los juegos del hambre:

"Ya me imaginaba que podía pasar algo así, con tantos invitados en palacio y tantos preparativos. Cualquiera podía cometer algún desliz que comprometiera nuestra seguridad. Y aunque no fuera fácil entrar, era un momento ideal para organizar una protesta. Cuando menos, la Selección podía resultar molesta. Estaba segura de que los rebeldes la odiaban, al igual que tanta gente de Illéa."

Lo que me ha gustado es que América habla con Maxon de manera franca desde el principio, y le cuenta las penurias que está pasando el país, el pueblo más concretamente, las castas bajas, el hambre que algunas famílias  padecen (otra vez he pensado en Peeta y el chico del pan en este momento, no tengo remedio... jejeje).

Me ha gustado que la autora explicara el origen del nombre de América, la protagonista:

"Al parecer, cuando aún estaba en el vientre de mi madre daba muchas patadas. Ella decía que llevaba dentro una luchadora, así que me p uso el nombre del país que tanto había luchado por mantener unido este territorio."

Y ya está bien de contar cosas del libro, tendréis que leerlo si queréis disfrutarlo en todo su esplendor. Por mi parte, estoy deseando leer el segundo pero ¡ya!

Puntuación:

Vale la pena