Reseña: El despertar de la señorita Prim, de Natalia Sanmartin

"En aquella comunidad eran las familias, cada una en función de su perfil, su ambición y sus posibilidades, las encargadas de formar intelectualmente a sus hijos. La escuela era vista como un elemento subsidiario -indeseable, pero necesario- en el que se apoyaban buena parte de los padres de familia."

Título: El despertar de la señorita Prim

Autor: Natalia Sanmartin

Lugar de publicación: Barcelona

Editorial: Planeta

Año: 2013

Páginas: 345

Personajes: Prudencia Prim, el Hombre del sillón

Temática: romántica

Localización espacio-temporal: San Ireneo de Arnois, s. XXI

Resumen oficial:

Atraída por un sugestivo anuncio, Prudencia Prim llega a San Ireneo de Arnois, un pequeño lugar lleno de encanto cuyos habitantes han decidido declarar la guerra a las influencias del mundo moderno. La señorita Prim ha sido contratada para organizar la biblioteca del Hombre del Sillón, un hombre inteligente, profundo y cultivado, pero sin pizca de delicadeza. Pese a las frecuentes batallas dialécticas con su jefe, poco a poco la bibliotecaria irá descubriendo el peculiar estilo de vida del lugar y los secretos de sus nada convencionales habitantes.

Narrado con ingenio, brillantez e inteligencia, El despertar de la señorita Prim nos sumerge en un inolvidable viaje en busca del paraíso perdido, de la fuerza de la razón y la belleza y de la profundidad que se esconde tras las cosas pequeñas.

Mi opinión:

Cuando empecé a leer este libro me dió la impresión de estar leyendo el típico libro del siglo XIX de una señorita que va a hacerse cargo de los niños de una mansión. Y no andaba muy desencaminada, pues aunque no coincide la época, sí que lo hace el estilo de la autora y el entorno en el que se mueve nuestra bibliotecaria cuando llega a este pintoresco y especial pueblo de San Ireneo de Arnois. Allí todo es diferente, ya no se encuentran en la ciudad, y las cosas y costumbres son mucho más tranquilas, se vislumbra una sensación de paz conforme se adentra en el pueblo.

Pero no es un libro típico para nada. Es un libro lleno de originalidad, tanto por su forma como por su temática, pues no sabes muy bien donde tiene cabida, si en romántica o quizá en algo de histórica (aunque no se hable del pasado sino del presente) o bien en una novela de narrativa contemporánea. Está llena de diálogos a cuál más inteligente, llena de citas literarias, de intelectualidad...pues en ese lugar los niños no van a la escuela pero aprenden asignaturas que se tocaban en la época de los griegos: filosofía y otras ciencias comunes antiguas, incluso idioma de lenguas muertas, que el hombre del sillón, del que nunca sabremos su nombre, aplica a sus alumnos en su mansión.

Los niños no son para nada típicos ni hablan como correspondería a su edad, pues ya desde muy pequeños se les inculcan lecturas aptas para adultos, de temática griega, latina...y grandes filósofos tal y como aprendian en esa época el discipulo de su maestro. 

Pero el tema central es el romance o amor que va surgiendo entre los dos protagonistas, ya que aunque son bien diferentes, casi dos polos opuestos en sus creencias e ideas políticas y de comportamiento, se atraen como dos imanes. Pero los dos son tozudos y cobardes para declararse lo que sienten el uno por el otro. Los personajes secundarios tienen aquí bastante importancia, pues los van acercando entre sí, a modo de auténticos "casamenteros".

El libro se lee rápido, tiene un ritmo muy ágil y la lectura se hace amena, a pesar de que en algunos momentos te cansas de leer tantas disertaciones, tantas charlas profundas por decirlo así. En ese aspecto creo que es un poco pesado en el tema, me hubiera gustado que hubiera algo más de acción y menos cháchara, pero supongo que es el tema del que la autora quiere hablarnos. 

Es un libro lleno de detalles pequeños que enriquecen la historia en varias facetas de la misma.


Puntuación: